Ese sabor rico de lo que no está.
Esa dulce tristeza de un ayer muy hoy en tu corazón.
Ese pasado caprichoso que entra sin golpear y te lleva a pasear con anhelos agridulces.
Ese ya pasó tan vos y tus ganas de una vuelta más.
Lo que sos, por lo que fuiste.
El tatuaje de esos buenos tiempos en tu cabeza.
Y ese “no se qué” de la certeza de que “un nunca más” está por venir.