Y ahora ¿qué ves?
¿Qué ves cuando te mirás? ¿Te ves?
¿Qué pasa cuando nadie mira y te toca ver una obra de verdad, capaz de sentir todo eso en un mismo día?
¿Qué harías sin miedo? ¿Sin tristeza?
¿Qué pasa cuando no hay a quien apuntar? ¿Te gusta lo que ves?
¿Qué pasa si en vez de mirar a los demás nos miramos a nosotros mismos?
Que lindo sería un espejo de almas ¿no?
Donde no nos fijemos en apariencias si no en el peinado de nuestro propio corazón.
Cada quien tiene su historia detrás del cartel de su mirada.
El día que haya espejos de almas ya no tendremos que disfrazarnos y podremos andar tranquilamente…con el corazón despeinado.